lunes, 26 de septiembre de 2011

Más sobre Baroja: su concepción de la novela

Baroja ha llegado a la literatura debido a una determinada situación; el mismo autor manifestó haberse volcado a la creación porque la vida le había negado experiencias fascinantes: "Soy un hombre curioso y que se aburre desde la más tierna infancia. Si hubiera sido un hombre rico y hubiera podido pasar la vida alegremente, creo que no hubiera escrito".

Teoría de la Novela:

. Para Baroja, la novela es un género multiforme, poético, lo abarca todo: filosofía, psicología, aventura, utopía, épica...así pues, la novela es un género permeable, abierto.
. Consecuentemente, se despreocupa de la composición. No le interesan las reglas, ni la corrección en el uso del idioma; lo único verdaderamente importante es la expresión del yo, de sus propias vivencias y aficiones. Ignorante de todo aquello que a técnica se refiere –pues la niega deliberadamente-, Baroja pide al arte una libertad que no todas las sensibilidades admiten. En uno de sus escritos teóricos sobre la novela, afirma: "haremos todas las extravagancias, y nos permitiremos todas las libertades".
. Para él, la invención, la imaginación disponible y la observación eran las cualidades supremas del novelista.
 La afirmación contenida en sus Memorias de que “no hay novela de argumento cerrado en la cual los tipos sean verdaderos”, le lleva a defender lo que se ha llamado novela de argumento disperso, donde la libertad de composición predomina sobre todo lo demás, sin necesidad de que el autor haya de ajustarse a un plan previo. Así es como resulta posible la gran variedad de personajes y de ambientes que nos presenta en sus relatos.
. Aunque Baroja afirma que no escribie sus obrar para probar una tesis, ello no significa que de la lectura de sus novelas no podamos extraer una concepción de la vida- como se puede observar leyendo "El árbol de la ciencia". Incluso es frecuente que se mezclen en la acción momentos reflexivos en los que se mezclan ideas variadas. Eso sí, siempre dentro de la experiencia vital de un personaje.

Para saber más:



Un poco de teoría para los alumnos de literatura de modalidad

Antes de empezar con las lecturas de la asignatura, me gustaría que tuviérais un poco claros determinados conceptos o temas con los que nos vamos a encontrar en ellas.

EL AMOR

El amor es uno de los temas más frecuentes en poesía. Para valorar y analizar un poema amoroso, conviene saber la diferencia entre los diversos aspectos que engloban el amor, así como lo que el concepto ha implicado en diferentes momentos de la historia. Decir que el amor es uno de los temas predilectos de la lírica es una obviedad. No en vano, la lírica se ocupa de la expresión de los sentimientos. Definir el sentimiento amoroso, apresarlo en todos sus estados (desdén, rencor, celos, olvido, desengaño, sufrimiento, plenitud...) ha sido, desde el Renacimiento hasta aquí, una obsesión de poetas.

 Para empezar por el principio,  la tradición médica literaria y filosófica describió desde antiguo la melancolía amorosa: era la "enfermedad del hereos" de la que hablaban los griegos  incluso Avicena, médico, filósofo y científico persa, describió los síntomas de ésta enfermedad. En la lirica amorosa medieval, amar es sufrir, y para los poetas cultos de los cancioneros, el amor es un código de conducta ( el amor cortés) la base del cual es el amor causa dolor.

Decir de un poema que trata del amor es decir muy poco. Habrá que comentar qué concepcción del amor vemos en el texto, así como si el poeta está componiendo dentro de los límites que marca la tradición literaria. Por ejemplo, existe una amplia tradición literaria en la que encontramos:

- poemas que relatan el momento en el que nace el amor: los amantes se conocen y, además de la atracción física, se produce una transformación en su personalidad. Nada será ya igual que antes; el amor abre una nueva etapa en sus vidas. El amor puede ser descrito como una herida mortal, una llaga, un fuego, un dolor que nos atrapa....

Enviárame mi madre
por agua a la fonte fría:
vengo del amor ferida.

- poemas que describen a la persona amada: la descripción puede ser física, siempre embellecedora, ya que el ser amado suele estar idealizado. Es frecuente, pues, encontrarnos con metáforas y comparaciones que le sirven al autor para expresar las sensaciones y emociones que experimenta ante la belleza de su amada.
Muchas veces la persona descrita puedes ser irreal, inventada. La descripción de la belleza, se ajusta a los cánones de cada época y, a veces, clase social. En la lírica culta, desde la poesía provenzal, pasando por la poesía del rencimiento y del barroco, encontramos un canon de belleza : la dama angelicata, rubia, pálida, casi etérea. La poesía popular medieval, sin embargo, habla de las morenicas; en el Libro del Buen Amor incluso encontramos algunos rasgos chocantes, como  "el requerimiento referido a los sobacos “un poco mojados” y la exigencia conforme a la cual la mujer hermosa debe ser “ancheta de caderas”.( 1)

- poemas que describen el sentimiento amoroso: nos encontramos frente a poemas que tratan de describir los sentimientos del autor. Dado que en literatura existe una amplia tradición amorosa trovadoresca, hay que tener en cuenta qué es el amor cortés una concepción de la Europa medieval que expresaba el amor en forma noble y caballeresca. En general, el amor cortés era secreto y entre los miembros de la nobleza, era, en la mayoría de los casos, adúltero y significaba una relación de vasallaje entre el enamorado y su dama, siempre inaccesible y perfecta. El sufrimiento amoroso dignifica al enamorado, que entra en una especie de estado de gracia.
El renacimiento (gracias a Petrarca) añadió al amor cortés medieval, las teorías de un filósofo griego, Platón. El resultado es una concepción amorosa donde el amor -deseo de la belleza ideal-  nace como consecuencia de un extraño fluido que, partiendo de los ojos de la dama, llega a los del poeta y, a través de ellos, se adueña de todo su ser. El desdén o la ausencia de la amada provoca un efecto inmediato: el sufrimiento, un sufrimiento gozoso. El amor es percibido como un servicio a un ser superior (la dama), pero, además es un destino, una razón para existir, una fuerza inexorable contra la que no se puede luchar, una gloriosa cárcel.
 
 
Yo no nací sino para quereros;

mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero. Garcilaso, Soneto V

 
El enamorado se encierra en sí mismo, se aísla del mundo y tan sólo se confía a la naturaleza y a la poesía, a través de la que confiesa su sufrimiento sin atentar contra el principio de la discreción.
 
¡Oh más dura que mármol a mis quejas,
y al encendido fuego en que me quemo
más helada que nieve, Galatea!,
estoy muriendo, y aún la vida temo;
témola con razón, pues tú me dejas,
que no hay, sin ti, el vivir para qué sea


La descripción del sufrimiento, de los celos, de las quejas por la indiferencia de la amada, por su ausencia, la esperanza y la impotencia serán pues los temas o lugares comunes de la lírica amorosa renacentista.

La poesía de la época se nutre de un caudal de lugares comunes -tópicos- de los que tenéis una relación en otra entrada del blog. (22 de septiembre del 2010, Carpe Diem y la siguiente, Colligo, Virgo, Rosa)


viernes, 23 de septiembre de 2011

Corrección ejercicio "Paseo por San Juan de Dios"

- Efectos que produce la visita en Andres Hurtado.

Tras la visita, Andrés se siente confirmado en su visión pesimista del mundo: la vida es irracional e ilógica; la vida es caótica. El capítulo nos muestra lo ilógico en la conducta cruel y arbitraria del médico con sus pacientes."Aquel petulante idiota mandaba llevar castigadas a las enfermas (...) por delitos imaginarios"
La vida es caótica, piensa Andres, no tiene sentido. Y la visión de las enfermas lo confirma. "Las enfermas eran de lo más caído y miserable. Ver tanta desdichada sin hogar, abandonada, en una sala negra, en un estercolero humano".  Andrés no puede ser feliz sabiendo cómo son las cosas en el hospital, por eso mismo, abandona las visitas, confirmando su idea de que el conocimiento se opone a la felicidad. La visita al hospital significa para el protagonista de la novela un nuevo desengaño en su trayectoria vital.

El retrato del médico

El retrato del médico es especialmente áspero: Baroja utiliza palabras muy duras  "petulante idiota" "Era un macaco cruel" "vejete ridículo" "quería darse aire de catedrático". Con ello, nos presenta un personaje ignorante, engreído, que basa su poder personal en la humillación de las enfermas, de humilde condición, sobre las que ejerce su tiranía y su crueldad. El episodio del gato constituye un contraste entre la ternura con la que Baroja describe a la enferma y la hostilidad que demuestra por el médico.

Las ideas políticas

Desde la alusión a "un mitín de anarquistas" hasta el final del capítulo, aparecen en el pasaje las ideas políticas de Andrés (Baroja) "Se iba inclinando por un anarquismo espiritual, basado en la simpatía y en la piedad, pero sin solución práctica alguna" La desconfianza en el ser humano, cuyo motivo esencial para la acción es el egoísmo y la satisfacción de las propias necesidades, llevan a Andrés a un estado de pasividad.
Su deseo de justicia social es grande; sus simpatías están del lado de los más débiles; sin embargo, su desengaño de la política le impide implicarse en una acción concreta, como , por ejemplo, militar en un partido. En este sentido, la alusión a "la lógica justiciera y revolucionaria de los Saint.Just ya no le entusiasmaba" hace referencia a cómo se ha enfriado en el protagonista su ánimo revolucionario y combativo. El deseo de mejorar la sociedad, la imposibilidad de realizar ese deseo y el dolor de ser consciente de una realidad injusta, absurda la mayor parte de las veces y en la que no se siente integrado, hacen que Andrés se vaya sumiendo cada vez más en un estado de desconcierto y desengaño.


Hasta aquí la corrección de las preguntas que os puse: sé que no estaban formuladas exáctamente así, pero las respuestas, en cualquier caso, son validas para los dos grupos.
La próxima entrada será acerca de otros aspectos de la novela y os servirán de apuntes.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Pío Baroja: El árbol de la ciencia

"—Y entre los insectos, ¡qué de tíos Miserias!, ¡qué de Vic­torios!, ¡qué de Manolos los Chafandines no hay!
Ahí tienes el ichneumon, que mete sus huevos en una lom­briz y la inyecta una sustancia que obra como el cloroformo; el sphex, que coge las arañas pequeñas, las agarrota, las sujeta y envuelve en la tela y las echa vivas en las celdas de sus larvas para que las vayan devorando; ahí están las avis­pas, que hacen lo mismo arrojando al spoliarium que sirve de despensa para sus crías, los pequeños insectos paraliza­dos por un lancetazo que les dan con el aguijón en los gan­glios motores; ahí está el estafilino que se lanza a traición sobre otro individuo de su especie, le sujeta, le hiere y le ab­sorbe los jugos; ahí está el meloe, que penetra subrepticia­mente en los panales de las abejas, se introduce en el alvéo­lo en donde la reina pone su larva, se atraca de miel y lue­go se come a la larva; ahí está...
—Sí, sí, no siga usted más; la vida es una cacería horrible.
—La naturaleza es lo que tiene, cuando trata de reventar a uno, lo revienta a conciencia. La justicia es una ilusión hu­mana; en el fondo todo es destruir, todo es crear. Cazar, guerrear, digerir, respirar, son formas de creación y de des­trucción al mismo tiempo.
—Y entonces, ¿qué hacer? —murmuró Andrés—. ¿Ir a la inconsciencia? ¿Digerir, guerrear, cazar, con la serenidad de un salvaje?
—¿Crees tú en la serenidad del salvaje? —preguntó Itu­rrioz—. ¡Qué ilusión! Eso también es una invención nuestra. El salvaje nunca ha ido sereno.
—¿Es que no habrá plan ninguno para vivir con cierto decoro? —preguntó Andrés.
—El que lo tiene es porque ha inventado uno para su uso. Yo hoy creo que todo lo natural, que todo lo espontá­neo es malo; que sólo lo artificial, lo creado por el hombre, es bueno. Si pudiera viviría en un club de Londres, no iría nunca al campo sino a un parque, bebería agua filtrada y respiraría aire esterilizado...
Andrés ya no quiso atender a Iturrioz, que comenzaba a fantasear por entretenimiento. Se levantó y se apoyó en el barandado de la azotea.
Sobre los tejados de la vecindad revoloteaban unas pa­lomas; en un canalón grande corrían y jugueteaban unos gatos.
Separados por una tapia alta había enfrente dos jardines: uno era de un colegio de niñas, el otro de un convento de frailes.
El jardín del convento se hallaba rodeado por árboles frondosos; el del colegio no tenía más que algunos macizos con hierbas y flores, y era una cosa extraña que daba cierta impresión de algo alegórico, ver al mismo tiempo jugar a las niñas corriendo y gritando, y a los frailes que pasaban silen­ciosos en filas de cinco o seis dando la vuelta al patio.
—Vida es lo uno y vida es lo otro —dijo Iturrioz filosó­ficamente, comenzando a regar sus plantas.
Andrés se fue a la calle.
¿Qué hacer? ¿Qué dirección dar a la vida? —se pregunta­ba con angustia. Y la gente, las cosas, el sol, le parecían sin realidad ante el problema planteado en su cerebro.
 ……………………………………………………………………………..
Te propongo la siguiente guía para hacer el comentario:

1. Localización. Señala a qué parte de la novela pertenece el fragmento.
1.a: Localiza la novela en su contexto histórico y en el momento personal del autor.
2.  Tema : ¿de qué nos habla este texto? ¿Cuál es su mensaje? Trata de explicarlo brevemente y, sobre todo, de justificar tus afirmaciones, apoyándote en el texto para demostrar de dónde has sacado la información.
2.a)  Organización de las ideas principales y secundarias: verás que en el texto aparece más de una idea, se trata de que te des cuenta cuáles son las más importantes y las expliques, y cuáles lo son en menor medida. Trata de relacionar el pensamiento de Baroja con el pensamiento de su época.
3. Comentario de los elementos de la narración: 
 - narrador: ¿ qué tipo de narrador aparece en el relato?
- personajes: ¿qué personajes aparecen? ¿Cómo están presentados ( descripción o no....)
- tiempo y lugar: ¿dónde transcurre el relato? ¿Cuánto tiempo de relato transcurre?

La fecha de entrega es el lunes 3 de octubre del 2011. Gracias

miércoles, 14 de septiembre de 2011

El árbol de la ciencia




Un enlace a la biografía de Pio Baroja:

http://piobaroja.gipuzkoakultura.net/pio_baroja_biografia.php

Y un  poco más de teoría sobre la ideología y el pensamiento de este autor:

La novela, escrita en 1911, tiene mucho de autobiográfica, pero, además, la obra es toda una radiografía de la sensibilidad y de los conflictos espirituales de la época.


La inspiración de Baroja como novelista nunca fue estética ni literaria, sino filosófica y social: forma y contenido tienden a fundirse. "El árbol de la ciencia" es un estudio sobre la incapacidad del protagonista para adaptarse a la circunstancia que lo rodea (España de principios de siglo) y su esfuerzo por lograr “entender” ideológicamente, las vicisitudes de la vida. Más autobiográfica que las otras, revela la filosofía vital de su autor.

Así pues, empezaremos por rastrear en la vida de Baroja, pero sólo aquello que nos resulte esencial para descubrir su pensamiento:


1 - IDEOLOGÍA Y PESIMISMO EXISTENCIAL
Para Baroja, el mundo carece de sentido: la vida le resulta absurda y desconfía del ser humano. Baroja aborrecía la crueldad humana y en sus novelas toma una actitud de denuncia.

Concluyó su licenciatura en medicina con una tesis sobre las implicaciones psicológicas del dolor: llega a la conclusión de que el hombre propende a la envidia y a la brutalidad insolidaria. Observa que las personas se mueven por interés egoísta ( obran bien para ganar el cielo o para que los amen, o son miserables por avaricia y recelos) A la vista de todo ello, Baroja opta por el compromiso intelectual con la realidad ( escribe para denunciar y poner en evidencia a los que mandan y a los que obedecen) y opta por trabajar para regenerar la sociedad en la que vive.

Aunque no siguió ningún sistema político o ideológico, apreció la filosofía de Nietzsch y la de Shopenhauer. De este último proviene la idea de que el conocimiento aumenta el dolor: el hombre, debido a su capacidad para razonar, sufre más. “Mientras más claramente entiende, mientras más inteligente es, más sufrimiento experimenta” dice Baroja.

La idea de que el hombre siente un impulso constante hacia el anhelo y mientras tenga este deseo, tendrá dolor. Puede calmar este estado mediante la contemplación (el conocimiento) o la abstención. Pero cuando logra no desear nada, entra en el aburrimiento, la abulia, y entonces entra otra vez en el mundo de la voluntad, del deseo.

Esta oscilación entre el dolor y el aburrimiento se puede observar perfectamente en la vida de Andrés Hurtado, a lo largo de la novela, como iremos viendo. Por ejemplo, Andrés a medida que presencia el dolor de los pacientes y la crueldad injusta con la que son tratados se convence cada vez más del pesimismo de Shopenhauer: ser inteligente, darse cuenta de las cosas, aumenta el dolor propio. (ver cap. X)
A lo largo de la novela, Andrés pasa de la contemplación de su propio dolor a la del dolor en el mundo, a través del personaje de su futura esposa, Lulú. Visita a su tío Iturrioz, el cual le da el siguiente consejo: “Ante la vida no hay más que dos soluciones prácticas para el hombre sereno: o la abstención y la contemplación indiferente de todo, o la acción limitándose a un círculo pequeño”. Y así es como Andrés se marcha a un pueblecito de Valencia donde encuentra la paz en la contemplación del paisaje y en una vida ascética. El capítulo se llama simbólicamente “Aburrimiento”. Es la muerte de Luisito, hermano menor de Andrés, quien despierta de nuevo la conciencia del dolor en Andrés y la vuelta a sus inquietudes filosóficas. Regresa a Madrid , se casa y aparta de la sociedad junto a su mujer. Llega a ser más feliz que nunca, pero la muerte de su esposa al dar a luz le saca de nuevo de ese estado y le obliga a sufrir la experiencia de la vida. Incapaz de tolerar más, Hurtado se suicida.

baroja Pio Baroja el eterno pesimista

lunes, 12 de septiembre de 2011

Por qué escribes, por qué lees....

He escogido una selección de textos para que os motiven a resolver esta cuestión.


La literatura no precisa etiquetas. O es literatura o no lo es. Un buen libro (pero también una buena película, una buena obra de teatro o una buena música), debe conmover, sacudir y provocar. Para informarnos ya están los periódicos, si acaso. La literatura tiene la obligación de ofrecer una mirada profunda, reflexiva y, si es posible, novedosa, sobre personajes y acontecimientos, y debe aportar al lector un espacio de reflexión y de conmoción. No hay libro más penoso que el que pasa desapercibido, el que se lee sin pasión, miedo ni deseo. Y esto mismo es aplicable a la llamada literatura para niños y jóvenes. Soy de los que sostienen que un buen libro para niños debe de ser también un libro válido y revelador para los adultos, y cada vez hay más ejemplos que afianzan esta idea.

El propósito de la literatura
La literatura no es solo un entretenimiento. En este sentido, creo que fracasan quienes invitan a leer y a hacer lectores argumentando que leer es divertido, y todavía hay editores que eligen las obras que van a publicar solo en función de este criterio. Para quienes leemos es cierto que leer es un placer, pero este tiene más que ver con la ascensión dificultosa a una montaña contemplando paisajes que con pasar una tarde con los pies calientes, viendo televisión y devorando palomitas. Leer nos invita a utilizar la mirada de otro, a ser otros, y esta no es una tarea fácil; requiere tiempo, concentración, perseverancia, deseo y tolerancia a la frustración.


 Ocasionalmente realizo encuentros con lectores, en colegios e institutos. Cierto que quienes me invitan ya manifiestan un interés por la lectura y la literatura, y que lo que voy a decir no tiene valor estadístico porque parte de un sesgo, pero hay muchos jóvenes que leen, y que leen mucho. Por supuesto, también los hay que no leen y que nunca lo harán. En este sentido, hay que asumir que la lectura es una práctica minoritaria, aunque todos deseemos que esté más extendida, porque a fin de cuentas es un indicio de libertad. En un mundo pervertido por las modas, el consumo, la publicidad y, en ocasiones, la mentira descarada, leer se convierte en un acto de rebeldía. Por las mismas razones, considero que escribir también debe serlo. No concibo una literatura que sea complaciente con el poder o con lo establecido, tanto en el orden político como en el personal, y me gusta de vez en cuando evocar los versos de Celaya: “maldigo la poesía de quien no toma partido / partido hasta mancharse”.
Ricardo Gómez, escritor, profesor de matetmáticas, lector  
http://www.ricardogomez.com

La literatura, ¿un arma cargada de futuro?

“No basta con lamentarnos, criticar al gobierno, a los capitalistas o a las multinacionales. Es necesario mucho más. En realidad, mucho más pero mucho más eficiente. Basta con resistir culturalmente como lectores. Militantes de la lectura. Resistentes de la cultura. Frente a la dictadura de la basura, hay que insistir en lo bueno, defender el derecho a leer literatura. Y empezar a hacerlo, individualmente pero de forma decidida y segura. Con vistas a la sociedad futura. Como quien sabe que así no se dejará dominar.”

Ana Mª Machado

Tras la lectura de estos textos, trata de dar respuesta a la pregunta que encabeza este post: por qué escribimos, por qué leemos. En definitiva, qué es la literatura o qué crees tu que es.

Discurso de Mario Vargas Llosa

Fragmento del discurso de Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura,2010

"Gracias a la literatura, a las conciencias que formó, a los deseos y anhelos que inspiró, al desencanto de lo real con que volvemos del viaje a una bella fantasía, la civilización es ahora menos cruel que cuando los contadores de cuentos comenzaron a humanizar la vida con sus fábulas. Seríamos peores de lo que somos sin los buenos libros que leímos, más conformistas, menos inquietos e insumisos y el espíritu crítico, motor del progreso, ni siquiera existiría. Igual que escribir, leer es protestar contra las insuficiencias de la vida. Quien busca en la ficción lo que no tiene, dice, sin necesidad de decirlo, ni siquiera saberlo, que la vida tal como es no nos basta para colmar nuestra sed de absoluto, fundamento de la condición humana, y que debería ser mejor. Inventamos las ficciones para poder vivir de alguna manera las muchas vidas que quisiéramos tener cuando apenas disponemos de una sola. Sin las ficciones seríamos menos conscientes de la importancia de la libertad para que la vida sea vivible y del infierno en que se convierte cuando es conculcada por un tirano, una ideología o una religión. Quienes dudan de que la literatura, además de sumirnos en el sueño de la belleza y la felicidad, nos alerta contra toda forma de opresión, pregúntense por qué todos los regímenes empeñados en controlar la conducta de los ciudadanos de la cuna a la tumba, la temen tanto que establecen sistemas de censura para reprimirla y vigilan con tanta suspicacia a los escritores independientes. Lo hacen porque saben el riesgo que corren dejando que la imaginación discurra por los libros, lo sediciosas que se vuelven las ficciones cuando el lector coteja la libertad que las hace posibles y que en ellas se ejerce, con el oscurantismo y el miedo que lo acechan en el mundo real. Lo quieran o no, lo sepan o no, los fabuladores, al inventar historias, propagan la insatisfacción, mostrando que el mundo está mal hecho, que la vida de la fantasía es más rica que la de la rutina cotidiana. Esa comprobación, si echa raíces en la sensibilidad y la conciencia, vuelve a los ciudadanos más difíciles de manipular, de aceptar las mentiras de quienes quisieran hacerles creer que, entre barrotes, inquisidores y carceleros viven más seguros y mejor. La buena literatura tiende puentes entre gentes distintas y, haciéndonos gozar, sufrir o sorprendernos, nos une por debajo de las lenguas, creencias, usos, costumbres y prejuicios que nos separan. Cuando la gran ballena blanca sepulta al capitán Ahab en el mar, se encoge el corazón de los lectores idénticamente en Tokio, Lima o Tombuctú. Cuando Emma Bovary se traga el arsénico, Anna Karenina se arroja al tren y Julián Sorel sube al patíbulo, y cuando, en El Sur, el urbano doctor Juan Dahlmann sale de aquella pulpería de la pampa a enfrentarse al cuchillo de un matón, o advertimos que todos los pobladores de Comala, el pueblo de Pedro Páramo, están muertos, el estremecimiento es semejante en el lector que adora a Buda, Confucio, Cristo, Alá o es un agnóstico, vista saco y corbata, chilaba, kimono o bombachas. La literatura crea una fraternidad dentro de la diversidad humana y eclipsa las fronteras que erigen entre hombres y mujeres la ignorancia, las ideologías, las religiones, los idiomas y la estupidez

Puedes leer el discurso entero en la siguiente dirección:
http://laredaccionconlosblogs.blogspot.com/2010/12/compartir-la-vida-con-mario-vargas.html














Una vez leído el discurso, ¿qué ideas te parecen más relevantes? Coméntalas.

Jung, las matemáticas y la literatura

"Sentía verdadero pánico con las matemáticas. El maestro hacía suponer que el álgebra es algo por completo evidente mientras que yo ni siquiera logré saber qué son los números en sí y por sí. No eran flores, ni animales, ni fósiles, nada que sea imaginable, meramente cantidades que se representan por cifras. (...) Nadie podía decirme qué son los números y yo no podía formular la pregunta. Con gran asombro descubrí que nadie comprendía mis dificultades." 

C.G.Jung, "Recuerdos, sueños y pensamientos"











Y esta es una posible explicación literaria a la pregunta de Jung: qué son los números en sí y por sí.

“Hombres que se escondían para pensar y que veneraban las estrellas me enseñaron que el uno es el ser y la unidad, que el dos es la generación y el encuentro, que el tres es la complejidad y la dispersión, que el cuatro es el equilibrio y la perpetuación, que el cinco es la ramificación y la estrella, el seis la simetría y el secreto de la conservación, el siete la disonancia y el principio de la virtud, el ocho la infinitud y el arte de la repetición, el nueve la armonía por la cual todo está en cada parte, y el cero la desmesura y el secreto del vacío del mundo.”


‘El país de la Canela’ de William Ospina