OPCIÓN B
TEXTO
-¿Hay que indignarse
porque una araña mate a una mosca? -siguió diciendo Iturrioz-. Bueno.
Indignémonos. ¿Qué vamos a hacer? ¿Matarla? Matémosla Eso no impedirá que sigan
las arañas comiéndose a las moscas. ¿Vamos a quitarle al hombre esos instintos
fieros que te repugnan? ¿Vamos a borrar esa sentencia del poeta latino: Homo
homini lupus, el hombre es un lobo para el hombre? Está bien. En cuatro o
cinco mil años lo podremos conseguir. El hombre ha hecho de un carnívoro
como el chacal, un omnívoro como el perro; pero se necesitan muchos siglos para
eso. No sé si habrás leído que Spallanzani había acostumbrado a una paloma a
comer carne y a un águila a comer y digerir pan. Ahí tienes el caso de esos
grandes apóstoles religiosos y laicos; son águilas que se alimentan de pan en
vez de alimentarse de carnes palpitantes; son lobos vegetarianos. Ahí tienes el
caso del hermano Juan…
-Ese no creo que sea
un águila, ni un lobo.
-Será un mochuelo o
una garduña; pero de instintos perturbados.
-Sí, es muy posible
-repuso Andrés- ; pero creo que nos hemos desviado de la cuestión; no veo la
consecuencia.
-La consecuencia a la
que yo iba era ésta: que ante la vida no hay más que dos soluciones prácticas
para el hombre sereno: o la abstención y la contemplación indiferente de todo,
o la acción limitándose a un círculo pequeño. Es decir, que se puede tener el
quijotismo contra una anomalía; pero tenerlo contra una regla general,
es absurdo.
-De manera que, según
usted, el que quiera hacer algo tiene que restringir su acción justiciera a un
medio pequeño.
-Claro, a un medio
pequeño; tú puedes abarcar en tu contemplación la casa, el pueblo, el país, la
sociedad, el mundo, todo lo vivo y todo lo muerto; pero si intentas
realizar una acción, y una acción justiciera, tendrás que restringirte hasta el
punto de que todo te vendrá ancho, quizá hasta la misma conciencia.
-Es lo que tiene de
bueno la filosofía -dijo Andrés con amargura- ; le convence a uno de que lo
mejor es no hacer nada.
Pío Baroja,
El árbol de la ciencia
PREGUNTAS
1. Escriba un breve
resumen del texto (puntuación máxima: 1 punto).
2. Indique el tema y la
organización de las ideas del texto (puntuación máxima: 2 puntos).
3. Comentario crítico
sobre el contenido del texto (puntuación máxima. 3 puntos).
4. Responda a una de
las dos cuestiones siguientes (puntuación máxima. 2 puntos):
a) Analice sintácticamente el siguiente fragmento:
… tú puedes abarcar en tu contemplación la casa, el pueblo, el país, la
sociedad, el mundo, todo lo vivo y todo lo muerto…
b) Indique la categoría gramatical de cada una de las palabras
subrayadas en el texto.
5. Responda a una de
las dos cuestiones siguientes (puntuación máxima: 2 puntos):
a) Características de la Generación del 98.
b) Describa las características de género
de la novela.
Consideraciones
previas generales.
En primer lugar,
en todas las preguntas propondremos respuestas adecuadas para la prueba, es
decir que puedan redactarse en el tiempo fijado para la P.A.U. y que puedan ser
ofrecidas por un alumno de 2ª de Bachillerato. No son, por lo tanto, ninguna
exhibición de conocimientos por parte de quien suscribe. En cuanto a la
terminología, trato de emplear la que considero que está más comúnmente
aceptada y extendida en las aulas.
RESPUESTAS:
1. Escriba un breve resumen del texto. (Puntuación
máxima: 1 punto)
Algunas
cuestiones previas.
En torno a lo
que debe ser un resumen hay disparidad de criterios. Lo que sí está claro es
que debe condensar en pocas líneas lo que el texto dice. Personalmente, creo
que el resumen carece de independencia absoluta con respecto al texto del que
parte. Si fuese absolutamente independiente, y teniendo en cuenta que el
resumen debe reflejar brevemente el contenido de otro texto, cabría esperar que
el resumen de un texto irónico debería ser redactado con ironía, o el resumen
de un poema debería usar el verso, o un texto en primera persona debería
resumirse en esa misma persona, cosas que no me parecen correctas.
En un texto como
éste, y sobre todo si se ha leído el libro del que ha sido extraído, el peligro
más importante es decir en el resumen cosas que no están en el fragmento
propuesto, pero que sí están en el libro.
Para más
información sobre el resumen, véase el ANEXO I.
Respuesta.
Iturrioz y Andrés dialogan. El primero afirma que es inútil luchar
para cambiar los instintos fieros del ser humano, y que son extraordinarios los casos en los que eso se logra, ejemplificándolo con ejemplos de otros animales. Sostiene que las opciones son o no hacer nada mostrando indiferencia, o actuar limitándose a un círculo pequeño. Andrés manifiesta decantarse por la segunda posibilidad.
2. Indique el tema y la organización de las ideas
del texto. (Puntuación máxima: 2 puntos)
Algunas
cuestiones previas.
Al formular el
tema de un texto debemos sugerir su contenido, es decir, deberíamos dar
respuesta a la pregunta tan coloquial ¿de qué va el texto? El tema debe ser
algo más que una o dos palabras, como se ha dicho muchas veces. Imagínense que formulamos
el tema de un texto cualquiera diciendo que es el amor, sería una formulación demasiado imprecisa, porque no
sabríamos si se trata de una declaración amorosa, la expresión del dolor por su
pérdida, la ilusión por disfrutarlo, la narración de una turbulenta historia,
etc.
En cuanto a la
organización de las ideas, creo que debemos diferenciarla de la simple
estructura. Debe ser algo más que decir cuántos párrafos tiene el texto y qué
se dice en cada uno. Sería más bien decir cómo se van articulando las ideas del
texto, cómo se van relacionando unas con otras.
Por otra parte,
creo que hacer esta pregunta en primer lugar nos puede servir para entender
bien el texto antes de proceder a resumirlo y comentarlo.
Para más
información, véanse el ANEXO III y el ANEXO IV.
Respuesta.
TEMA:
La imposibilidad
de cambiar la crueldad humana.[1]
ORGANIZACIÓN DE
LAS IDEAS:
El texto aparece
organizado como un diálogo en el que prevalecen las intervenciones de Iturrioz,
siendo las réplicas de Andrés pretextos para formular la teoría de que es
imposible cambiar la crueldad humana y de que únicamente es posible restringir
la lucha a cuestiones concretas.
Como conclusión,
Andrés queda convencido de que lo mejor es no hacer nada.
3. Comentario crítico sobre el contenido del texto.
(Puntuación máxima: 3 puntos)
Algunas
cuestiones previas.
Sobre lo que debe ser un
comentario crítico mucho se ha debatido. Cada profesor ofrece a sus alumnos
unas orientaciones que se diferencian sensiblemente de las que ofrecen otros
profesores. Realmente, no sería aceptable ningún modelo de comentario, ya que
cada texto es diferente, además de que aplicar un cliché a un texto poco de
comentario tiene. Pero, por otro lado, creo que es necesario ofrecer unas
pautas a los alumnos, unas orientaciones que les permitan tener algo que decir,
por poco que el texto se entienda, por poco que se sepa del contenido, o por
poco que éste les interese. En mis orientaciones (véase ANEXO II) he procurado
tener en consideración la disparidad de criterios antes aludida para ofrecer
una solución aceptable para la mayoría, que recoja variedad de enfoques. Es la
parte en la que tiene mayor influencia la madurez del alumno y su capacidad
interpretativa y expresiva. Suele haber serios problemas en las respuestas que
se ofrecen por el insuficiente grado de comprensión, por la escasa capacidad
expresiva, por las pocas referencias que se tienen del tema del texto, etc.
Aquí ofrezco una posible
respuesta; ciertamente, se podrían decir más o menos cosas, o cosas diferentes.
Ésta es una posibilidad entre muchas, tantas como eventuales comentaristas.
Por otro lado, en el
comentario crítico de un texto literario tienen un papel muy destacado los
conocimientos previos. Yo creo que si no se conoce la obra, es decir, si no se
ha leído, y si no se tienen datos suficientes sobre la misma, el autor y el
contexto en el que surge y se ambienta, difícilmente se puede hacer un buen
comentario crítico.
Las orientaciones que
propongo tienen mucho de “truco” para que los alumnos resuelvan con más o menos
éxito esta “espinosa” cuestión de la PAU. De hecho, como puede observarse,
permiten decir cosas muy parecidas (incluso iguales) de textos muy diferentes.
Respuesta.
El texto que tenemos que analizar es un texto literario, perteneciente
al género narrativa, concretamente un fragmento de la novela de Pío Baroja
(autor de la llamada Generación del 98) titulada El árbol de la ciencia. Como forma de expresión, predomina el
diálogo, aunque la mayor parte de las intervenciones adquieren la forma de la
exposición-argumentación. Las ideas de Iturrioz, es decir, es imposible
cambiar la crueldad humana y hay que restringir la lucha a cuestiones concretas
aparecen razonablemente argumentadas; no obstante, la conclusión de Andrés de
que lo mejor es no hacer nada, creo que no tiene un sustento sólido en las
palabras del texto, porque igual que saca opta por esa conclusión u opción podía
haber sacado otra bien distinta: lo mejor es que cada uno se dedique a luchar
contra las injusticias que se produzcan en su círculo. Esta actitud pone de
manifiesto el escepticismo y nihilismo de Andrés, que se ven corroborados a lo
largo del conjunto de la obra y en el desenlace de la misma: el suicidio como
única salida.
El diálogo, en el género novelístico, generalmente, comparte
protagonismo con la narración y, en menor medida, con la descripción,
curiosamente ausentes de este fragmento. En este caso el diálogo se nos
presenta en estilo directo y nos permite conocer a los personajes. A nadie
extrañará saber, después de haber leído este texto, que Andrés termina
suicidándose.
El registro lingüístico empleado es culto, a pesar de que el
diálogo entre los dos personajes pudiera invitar a que se produjeran las
relajaciones que le son propias.
Como ejemplo del registro podríamos citar el latinismo Homo homini lupus, o la referencia a Spallanzani[2].
No obstante, podemos afirmar que el texto es adecuado. El autor ha
elegido de entre las posibilidades lingüísticas a su alcance una apropiada para
cumplir con su intención comunicativa y para hacer creíbles a los personajes.
También podemos afirmar que se trata de un texto coherente ya que no presenta contradicciones entre sus partes, los enunciados se
relacionan entre sí creando un mensaje global y no contradice los principios de
verdad de la realidad.
Además, el texto está bien
cohesionado. Sin entrar en un análisis exhaustivo de la cohesión, podríamos
destacar entre los elementos más relevantes la reiteración fónica (hay gran
abundancia de interrogaciones que le sirven para exponer sus argumentos al
responder Iturrioz a sus propias preguntas); también abundan los marcadores
textuales como sí, pero, es decir, de
manera que, claro, claramente al servicio de la explicación y los
argumentos de Iturrioz; los campos semánticos como el de los animales (utiliza
el reino animal, donde sitúa al ser humano, para ejemplificar) apareciendo mosca, araña, lobo, garduña, etc.;
reiteración léxica de la palabra hombre
con su valor genérico de ser humano, deixis como ahí, que además se repite; catáfora como en la expresión la consecuencia a la que yo iba era ésta; anáfora, como en la
expresión ese no creo que
sea un águila, refiriéndose al hermano Juan[3].
En cuanto a cuestiones semánticas,
llama la atención la gran abundancia de términos referidos a animales que
constituyen un amplio campo semántico. En orden de aparición serían araña, mosca, hombre (para Iturrioz es
un animal más), lobo, chacal, perro,
paloma, águila, mochuelo, garduña, resaltando de muchos la dificultad de
cambiar su naturaleza: o es imposible hacerlo, o se necesitan miles de años, o
si se consigue, es algo absolutamente extraordinario, tanto que convierte a
quien lo logra en grandes apóstoles
religiosos y laicos que son águilas
que se alimentan de pan en vez de alimentarse de carnes palpitantes; son lobos
vegetarianos.
Otra cuestión semántica que llama
la atención es la connotación del término quijotismo,
que parece provocar contradicción en las opiniones de Iturrioz. Cuando parece
dar una salida a la negatividad de sus ideas (es imposible cambiar nada, dicho
de una manera exagerada), afirmando que se puede luchar en aspectos o círculos
restringidos, califica estas acciones como quijotescas (quijotismo), lo que le confiere a este intento una matiz de locura
e inutilidad.
Podríamos decir, por otra parte,
que el texto va dirigido a un público indeterminado, que sería el lector de
literatura. Entre emisor (autor) y receptor (lector) media una gran distancia:
el autor emite su mensaje (obra literaria) en un momento determinado, 191l, y
el lector lo recibe en otro momento bien distinto. Los temas que aparecen en el
libro, y más concretamente en este fragmento, pueden resultar interesantes,
pero creo que en una sociedad tan pragmática y utilitarista como la que nos ha
tocado vivir poca gente se plantea esas cuestiones, y menos aún optan por el
camino que optó Andrés Hurtado. Creo que hay que intentar aportar cada uno lo
que pueda dentro de sus posibilidades, pero nunca renunciar a la lucha contra
todo aquello que resulte injusto.
Determinar la intención
comunicativa del autor en este texto o en cualquier otro texto literario,
podría llevarnos a un inacabable debate sobre las funciones o utilidades de la
literatura, denunciar injusticias, entretener, proporcionar conocimiento, etc.
La primera y más importante de las funciones de la literatura, y que
identificaríamos generalmente con la intención del autor, es la de crear
belleza y proporcionar goce estético.
El árbol de la ciencia es básicamente una novela de protesta política y social con un
importante alcance existencial, como puede apreciarse en el fragmento. En la novela se pone de manifiesto el malestar de la época y, en
concreto, la ideología de la Generación del 98 a la que pertenecía Baroja. Se
critica: el ambiente cultural
que existía en la época; al gobierno por su poco interés para invertir en
ciencia; la crueldad humana (tema de este fragmento); la miseria moral; el
carácter español (individualismo, falso patriotismo, etc.); a los ricos por
explotar a los pobres, y a los pobres por dejarse explotar por los ricos; la
bohemia y el romanticismo inútiles; etc.
Andrés
Hurtado, personaje perdido en un mundo absurdo y en medio de circunstancias
adversas que constituirán una sucesión de desengaños, tiene muchas cosas en
común con el propio Baroja, tantas que en algunos fragmentos de sus memorias Baroja
transcribe casi literalmente pasajes de El árbol de la ciencia, poniendo
yo donde la novela dice Andrés Hurtado, o cambiando los nombres
propios.
El
fragmento resulta muy interesante porque hace que nos detengamos o nos
planteemos cosas que no nos paramos a analizar frecuentemente.
4.
Responda a una de las dos cuestiones siguientes (puntuación máxima. 2
puntos):
a)
Analice sintácticamente el siguiente fragmento:
…tú puedes abarcar en tu
contemplación la casa, el pueblo, el país, la sociedad, el mundo, todo lo vivo
y todo lo muerto…
Algunas cuestiones previas.
Para contestar la pregunta de
sintaxis es particularmente problemático el tema de la terminología. Ofrezco
aquí una respuesta usando una terminología sencilla, creo que comúnmente
aceptada. Por otro lado, pienso que es interesante huir de interpretaciones
particularmente novedosas o audaces que los posibles correctores podrían no
compartir.
En lo referente al método, creo que
es recomendable redactar la respuesta y evitar el sistema de cajas, corchetes y
paréntesis, o cualquier otro que no sea muy claro para el que corrija.
Respuesta:
Se trata de una oración simple
compuesta por Sujeto (tú) y Predicado (puedes abarcar en tu
contemplación la casa, el pueblo, el país, la sociedad, el mundo, todo lo vivo
y todo lo muerto).
El Sujeto está compuesto únicamente
por Núcleo (tú).
El Predicado está compuesto por
Núcleo (puedes abarcar), Complemento Circunstancial (en tu
contemplación) y Complemento Directo (la casa, el pueblo, el país, la
sociedad, el mundo, todo lo vivo y todo lo muerto).
El Complemento Circunstancial está
compuesto por Enlace (en),
Determinante (tu) y Núcleo (contemplación).
El
Complemento Directo es múltiple y está compuesto por varios sintagmas
yuxtapuestos excepto el último que aparece coordinado con el nexo y. Los cinco primeros sintagmas que lo
componen son idénticos en cuanto a su estructura, que es Determinante (la, el, el, la, el) y Núcleo (casa, pueblo, país, sociedad,
mundo); los dos sintagmas
restantes también presentan la misma estructura, que es Determinante (todo, todo), Determinante (lo, lo) y Núcleo (vivo, muerto).
b) Indique la categoría
gramatical de cada una de las palabras subrayadas en el texto.
Respuesta.
Ø lo
podremos conseguir: pronombre.
Ø Tenerlo: pronombre.
Ø Todo lo vivo: artículo.
Ø lo
mejor: pronombre.
Algunas
precisiones.
En sentido
estricto, la repuesta anterior es la correcta atendiendo a lo que se nos pide Indique
y, además, la categoría gramatical nada más. No se nos pide que se
explique, o que se comente; o que se indiquen también otras cosas, por ejemplo,
la función sintáctica.
5. Responda a una de las dos cuestiones siguientes
(puntuación máxima: 2 puntos):
a) Características de la
Generación del 98.
Respuesta.
La respuesta a
esta pregunta se puede encontrar en cualquier manual de Segundo de
Bachillerato, por ejemplo en Lengua
Castellana y Literatura 2 de la editorial EDITEX.
La amplitud de
la posible respuesta obligará a resumir y esquematizar bastante.
También hay
infinidad de páginas web donde se puede encontrar información suficiente o las
respuestas ya elaborada.
b) Describa
las características de género de la novela.
Respuesta.
Igualmente, las
respuestas a esta pregunta y a las del mismo tipo se pueden encontrar en
cualquier manual de Segundo de Bachillerato, por ejemplo en Lengua Castellana y Literatura 2 de la
editorial EDITEX (páginas 90 a
93 y 340).
Igualmente, hay
infinidad de páginas web donde se puede encontrar información suficiente o la
respuesta ya elaborada.
NOTA: Este tipo de pregunta, es decir características de género de (la novela, la poesía lírica, el
ensayo, el género dramático), admite una parte introductoria común (creo que es
recomendable), que incluiría las características generales del lenguaje
literario, y una parte específica para cada género.
[1]
La
crueldad universal es el título del capítulo IX de la segunda parte en
el que aparece este fragmento.
[2] Lazzaro Spallanzani (Scandiano, 1729-Pavía,
1799) Biólogo italiano. Fue profesor de historia natural en Pavía y director
del Museo Mineralógico de esta ciudad. Considerado uno de los fundadores de la
biología experimental, sus trabajos de investigación se centraron en los
principales fenómenos vitales, como la respiración, la reproducción, la
digestión, etc. Realizó importantes estudios sobre la reproducción artificial.
Demostró la acción del jugo gástrico en el proceso digestivo y el intercambio
de gases en la respiración. Entre sus obras cabe citar Memoria sobre la
respiración, Opúsculos de física animal y vegetal (1776) y Experiencias
ilustrativas sobre la generación.
[3] Utilizando palabras del libro el hermano Juan
era un tipo misterioso y extraño del
hospital, que llamaba mucho la atención, y de quien se contaban varias
historias […] Este hombre, que no se sabía de dónde había venido, andaba
vestido con una blusa negra, alpargatas y un crucifijo colgado al cuello. El
hermano Juan cuidaba por gusto de los enfermos contagiosos. Era, al parecer, un
místico, un hombre que vivía en su centro natural, en medio de la miseria y el
dolor.
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