jueves, 17 de noviembre de 2016

Fue una clara tarde, triste y soñolienta



Antes de empezar el comentario de un texto lírico (poético).

Estás frente a un poema. Empiezas a leer y, posiblemente, no entiendes nada. Buscas un sentido a lo que lees. Y, precisamente, quizás es aquí donde te pierdes. Un poema no va dirigido únicamente a nuestra razón. La lírica, es decir, la poesía, nació como expresión de nuestros sentimientos más fundamentales, de nuestras emociones. Luego, la finalidad de un poema es, por encima de todo, dar expresión a lo que el poeta siente, a lo que le ocurre, a lo que está viviendo, en el momento en que decide escribir. Y es este propósito lo que no puedes perder de vista, ya que el poeta utiliza todo el material del que dispone (las palabras, los recursos literarios, la inteligencia, la musicalidad (métrica y rima)) para dar voz a lo que siente. Es por eso mismo por lo que es importante que sepas en qué momento de su vida fue escrito el poema (Localización) ya que muchos poetas forman parte de corrientes literarias o artísticas que, posteriormente abandonaron o personalizaron. Saber a qué corriente literaria pertenece el poema te ayudará a entender cómo está escrito, con que “estrategias”, con qué “ideas artísticas”.

Voy a utilizar el poema de Machado que habéis comentado: “Fue una tarde triste y polvorienta”

Localización

Nos encontramos ante una composición fechada en Se  trata  del  sexto  poema  del  libro  Soledades,  que  empezó  a  escribir Antonio  Machado  en  1899.  Realizó  una  primera  publicación  en  1903,  para ampliar y eliminar algunos poemas en una segunda publicación del año 1907. En este libro, la huella del modernismo está presente sobre todo en la utilización de símbolos para dar voz a todo el mundo interior del poeta, tal como veremos posteriormente a lo largo del comentario. En este período modernista predomina en el libro un tono melancólico e intimista.

Tema ( todavía no lo puedo precisar)

Una cosa es el tema y otra el tono: a veces, el tema expresa la emoción que percibimos en el tono. En este caso, tristeza, soledad, melancolía, sería lo expresivo. El tema del poema sería  encontrar el motivo que le causa tristeza al poeta. Para poder descifrar cuál es la causa de la tristeza, voy a desglosar el poema en sus diferentes partes.

Estructura del poema

La primera parte del poema nos sitúa en una “clara tarde de verano”, cuando el poeta entra en un “parque solitario”. La tarde ya está calificada como “triste y soñolienta” y más adelante, “muerta”. El parque es un lugar decadente (hiedra polvorienta, puerta de hierro mohoso”), lo cual ya nos da una idea del estado del poeta: tristeza, melancolía y soledad. El poeta encuentra una fuente en el parque y entabla un diálogo con ella.
Esta seria la segunda parte del poema: los versos en los que se reproduce el diálogo con la fuente, (desde la cuarta estrofa hasta la estrofa treceava) La fuente, personificada, reconoce al poeta, al que llama “hermano”. Ella le recuerda de otra tarde de verano, paseando por ese mismo parque. El poeta, en cambio, le pide a la fuente “cuéntame mi alegre leyenda olvidada”.
Es en esta segunda parte donde vemos el motivo que ha llevado al poeta hasta el parque: está buscando alivio para su tristeza, y lo busca en recuerdos de otros momentos mejores, más alegres. La respuesta de la fuente, sin embargo, precipita el final del poema

“Yo no sé leyendas de antigua alegría,
sino historias viejas de melancolía.
Fue una clara tarde del lento verano...
Tú venías solo con tu pena, hermano;
tus labios besaron mi linfa serena,
y en la clara tarde dijeron tu pena.
Dijeron tu pena tus labios que ardían;
la sed que ahora tienen, entonces tenían.”

Ante esta respuesta, el poeta abandona el parque y se despide de la fuente para siempre, con un verso lapidario:
tu monotonía,
fuente, es más amarga que la pena mía.

Tema

Machado busca en su pasado y en sus recuerdos debido a que su presente no  le satisface. Al indagar, se da cuenta de que en el pasado no hubo alegría; “Yo no sé leyendas de antigua alegría, sino historias viejas de melancolía”.
El poeta no tiene recuerdos donde reconfortarse. Con esta afirmación, el poeta  provoca en el lector un sentimiento de tristeza.
Y ¿qué busca el autor? En este poema, el autor busca encontrar en su pasado el sentido para vivir del que ahora carece. En sus reflexiones, el poeta se da cuenta de que durante toda su vida la tristeza y la pena le han acompañado. Que se ha sentido solo. “Tú venías solo con tu pena”, dice la fuente.. Y entonces, como ahora, ya buscaba respuestas  “la sed que ahora tienen, entonces tenían”.
Quizás lo más relevante del poema sea, precisamente, que no hay respuesta a sus preguntas personales.
 
Análisis de la forma

La interpretación de los símbolos que ha utilizado el poeta es clave para descifrar el poema. Las palabras escogidas para simbolizar conceptos: tarde, parque, agua, fuente,  son símbolos muy particulares del poeta. La tarde, por ejemplo, es el momento en el que el día avanza hacia su cénit; así pues, al situar el poema en “una tarde “ el poeta nos transmite también un particular estado de ánimo, crepuscular, apagado. La adjetivación escogida para la palabra tarde refuerza esta idea: “triste, soñolienta” “lenta” “muerta”.
El parque al que entra el poeta no es un parque lleno de vida. Al contrario, es un lugar silencioso, que parece abandonado “la hiedra negra, polvorienta”, “el parque silencioso” “dormido”. Es un lugar recogido, que bien podría indicarnos un lugar íntimo del poeta: su propio corazón, tal vez.
La fuente, que también aparece personificada, tiene en este poema una doble función. Por un lado, le sirve a Machado para desdoblarse e iniciar un diálogo consigo mismo. Por otro lado, la fuente es la que contiene el agua. Y el agua, tradicionalmente, se ha usado como referencia al tiempo que pasa, el tiempo que no se detiene. Si la fuente es el alma de Machado, el paso del tiempo monótono y siempre igual es lo que ésta contiene: “mi cristal vertía como hoy sobre el mármol su monotonía.”
Esa es la respuesta que encuentra el poeta en su interior: la vida es tiempo que pasa., tiempo que corre. El agua de la fuente, es en el poema, símbolo del tiempo, de la vida

El tiempo es otro de los protagonistas del poema: expresan el paso del tiempo los adjetivos especificativos (mohoso, lejano, presente, maduro)  y  los epítetos (polvorienta, vieja, antiguos,...); los sustantivos (tarde, verano); los adverbios (hoy, entonces, siempre, ahora...).
En cuanto a los tiempos verbales empleados, la combinación del presente  (recuerdo, recuerdas, sé, escuchas) con el pretérito perfecto (rechinó, sonó, respondí...), y el imperfecto de indicativo, (cantaba, asomaba, sonaba, sombreaba)  indican una vivencia o  percepción subjetiva del tiempo. El recuerdo del pasado y el momento presente coexisten en el poema. “Fue esta misma tarde...”
Solo en la estrofa final, el  pretérito perfecto, (rechinó, abrió ) nos indican que algo ha quedado atrás, para siempre. Quizás la esperanza de encontrar respuestas.

El diálogo con la fuente es uno de los motivos centrales del poema. En este diálogo se expresan la angustia, la soledad y la incertidumbre que embargan al poeta ahora y entonces: la sed que ahora tienen, entonces tenían.  La imagen de la sed ya contiene en sí misma la idea de la búsqueda, de la insatisfacción.

Otra referencia al tiempo la tenemos en la descripción del parque, que entonces se mostraba igual que ahora

¿Recuerdas, hermano?... Los mirtos talares,
que ves, sombreaban los claros cantares
que escuchas. Del rubio color de la llama,
el fruto maduro pendía en la rama,
lo mismo que ahora.

Y en el uso repetido del verbo “recordar”, que se usa en el poema como un vocativo, una llamada al poeta “¿Recuerdas, hermano?” a adentrarse en su conciencia.
Por un lado su llegada al jardín ajado y decadente (“...la hiedra negra y polvorienta” , “ la puerta de hierro mohoso..” ) parece situarnos en un triste presente .Sin embargo, el sonido del agua le hace trasladarse a un pasado más alegre y juvenil.
El uso de antítesis refuerza también la sensación de dos tiempos contrapuestos: el pasado, la juventud o la infancia, que se recuerdan como (alegría, ruido) y el presente ( melancolía, silencio).El presente del poeta se nos presenta como un tiempo muerto “ tarde muerta”.
La repetición de elementos como versos (“ fue una clara tarde..,” ) , paralelismos sintácticos ( “ Yo sé que..”, “ ¿Recuerdas hermano?” ) las repeticiones “ Yo sé que...”, “ Yo no sé..”  que subrayan también la idea de incertidumbre, de búsqueda.
Cabe destacar el uso de la sinestesia ( agrio  ruido, amarga monotonía ),  que sugiere lo desagradable del presente  Mientras que las metáfora sobre el agua  (mi  cristal vertía,  bellos espejos cantores, sonora copla ) son alegres cuando se trata del pasado, y tristes cuando se trata del presente. ( monotonía del agua que vierte la fuente)
El sonido del agua es el que sirve para que el poeta haga un viaje a su pasado, en concreto a su juventud: “la sonora copla borbollante del agua cantora me guió a la fuente.”

Así pues, aunque el poeta quiere hallar en otros momentos del pasado, como la infancia y la juventud, un sentido para su vida, este deseo no se corresponde con la realidad de su memoria o de su alma ( la fuente ) que le recuerda al poeta que su angustia existencial estuvo siempre presente.

En su aspecto externo se puede apreciar que el poema está formado por 52 versos repartidos en catorce estrofas de verso variable con predominio de los   formados   por   cuatro   versos. La  métrica es  alterna:   predominio   de   los dodecasílabos  de  rima  consonante  y  cruzada  frente  a  la  presencia  de  versos hexasílabos de igual rima que los anteriores o formando pareados.

Fueu-na- cla-ra- tar-de, tris-tey- so-ño-lien-ta  12 A
tar-de- de- ve-ra-no. La hie-draas-oma-ba -12 B
al- mu-ro-del par-que, ne-gray pol-vo-rien-ta.12 B
La fue-n-te so-na-ba. 6. a

Dominan  los  serventesios  (ABAB), 

Rechinó en la vieja cancela mi llave; A
con agrio ruido abriose la puerta B
de hierro mohoso y, al cerrarse, grave A
golpeó el silencio de la tarde muerta. B

La  primera estrofa  aparece quebrada,  y coexiste con los tercetos (estrofas 4 y 5) y una estrofa de seis versos formada por tres pareados juntos, de rima AABBCC (estrofa 6).
¿Recuerdas, hermano?... Los mirtos talares, A
que ves, sombreaban los claros cantares A
que escuchas. Del rubio color de la llama, B
el fruto maduro pendía en la rama, B
lo mismo que ahora. ¿Recuerdas, hermano? C
Fue esta misma lenta tarde de verano. C


 Conclusión
 
Todo ello constituye una muestra de la renovación métrica propia del Modernismo, cuyos usos se adaptaban a las necesidades expresivas del poeta.
El propósito de la adjetivación, el uso de determinados recursos literarios, la personificación de elementos como el agua, la fuente, el jardín, todo al servicio de conseguir una expresividad máxima, para que el lector SIENTA como él mismo la monotonía y la tristeza que le embargan.