lunes, 25 de octubre de 2010

Llama de amor viva

 


¡Oh llama de amor viva
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva
acaba ya si quieres,                           5
¡rompe la tela de este dulce encuentro!

   ¡Oh cauterio süave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado
que a vida eterna sabe                         10
y toda deuda paga!
Matando, muerte en vida has trocado. 
¡Oh lámparas de fuego
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,            15
que estaba oscuro y ciego,
con estraños primores
color y luz dan junto a su querido!

   ¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno                           20
donde secretamente solo moras,
y en tu aspirar sabroso
de bien y gloria lleno,
cuán delicadamente me enamoras!
 
  Explicación del contenido, estrofa por estrofa 
 
El momento que refiere este poema, de forma alegórica, es el momento de fusión de los amantes, en este caso, del alma y Dios. El momento del éxtasis amoroso se representa como una llama que abrasa pero también repara; la fusión es desaparición, pero es plenitud. 
 
En casi toda la poesía amatoria de San Juan podemos observar elementos de la poesía amatoria que han sido divinizados. En este caso, la llama,  que en la poesía amorosa, es el símbolo del encuentro de los enamorados, de la pasión, se utiliza aquí para referir el ardiente momento de fusión mística.

Por estrofas, en la primera estrofa vemos como el poeta nos habla de la llama que arde en el interior del poeta; esta llama aquí simboliza el anhelo, el deseo… El poeta, de forma vehemente desea que se produzca ya la fusión de su vida (tela) con la del amado.

En la segunda estrofa, vemos dos antítesis que expresan  bien la paradójica cualidad del amor: quema y hiere, pero al tiempo, cura. El fuego del amor brilla, pero mata; consume pero da la vida; es un placer que duele.
En la tercera estrofa vemos lo que destruye el fuego, la llama: la ignorancia ( en las cavernas del sentido) a favor del conocimiento,  la ausencia del amor, que sumía al alma (o al amado)en una pena profunda o sufrimiento.

En este sentido, el verso 15 alude al alma anhelante, que sufría en la oscuridad por que recordaba lo que no había experimentado, pero había entrevisto (la sombras, la huella del amado)
 La llama se ha convertido ahora en hoguera de amor encendido, que da la vida en la fusión definitiva con el Amado, ahora ya conocido, encontrado.

Finalmente en la cuarta estrofa, la hoguera ha desaparecido (ya mansa y amorosa)  y el alma le habla al amado directamente, llena de dulzura. El recuerdo de esta unión amorosa ha dejado al alma enamorada, de forma delicada y suave, ya sin sufrimiento.
El poema, pues, es una exaltación del goce del la íntima unión con Dios, finalidad de la experiencia mística.

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